La traducción instantánea con IA beneficios e inconvenientes
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La traducción instantánea con IA: beneficios e inconvenientes

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escrito por Nuria Gili
Tiempo de Lectura Tiempo de lectura 9 minutos

Eso que llamamos “traducción instantánea” es un conjunto de modalidades de traducción (texto a texto, voz a texto, voz a voz, etc.) con un punto en común: su automatización, apoyada cada día más en inteligencia artificial. La calidad aumenta constantemente, pero sigue siendo un auxiliar en la traducción profesional.

El año 2024 podría ser recordado como el año en que la traducción instantánea se convirtió en la nueva normalidad. Ahí están los dispositivos que la hacen posible, y ya podemos imaginarnos, smartphone en mano, pidiendo con soltura un taxi en un exótico aeropuerto… Pero quizá no nos imaginemos cerrando un contrato de la misma manera.

Hoy, que lo inmediato es mucho más inmediato que antes y que tenemos hasta traducción instantánea en WhatsApp, conviene recordar no solo las grandes virtudes de la llamada traducción instantánea, sino también sus limitaciones, sobre todo en el ámbito profesional y de empresa. Pero, antes de nada, es necesario aclarar algunas ideas.

¿Qué es la traducción instantánea?

Es una de esas cosas más fáciles de entender (y usar) que de explicar o definir: es una tecnología que permite traducir de una lengua a otra, y de forma automatizada e inmediata, tanto materiales escritos como materiales orales, sin intervención humana y por lo general hoy en día con el apoyo de inteligencia artificial.

Fuera de la industria de la traducción esta tecnología recibe muchos nombres: traductor en tiempo real, traductor en directo, traductor de voz… Nosotros lo llamamos traducción instantánea o interpretación instantánea para diferenciarla de la traducción hecha por humanos, por un lado, pero también porque abarcaría tanto la traducción como la interpretación.

Diferencia entre traducción instantánea e interpretación instantánea

Nos explicamos. Hay que partir del hecho de que tradicionalmente en el ámbito de la traducción se llamaba “traducción” al trabajo con material escrito e “interpretación” a cualquier tipo de traducción oral. Hoy, esas barreras se están difuminando, pero en nuestra industria sigue habiendo intérpretes y traductores haciendo tareas distintas.

Con la llegada de la automatización a nuestra industria y con las facilidades que todos tenemos para ir de audio a texto y al revés, las diferencias entre traducir e interpretar son poco importantes para el gran público. No obstante, existen tecnologías que traducen (de texto a texto) y otras que interpretan (de voz a voz), y está bien poder diferenciarlas, ¿no?

¿Qué aporta la IA a la traducción instantánea?

Puesss… En general, a la traducción la IA aporta bastantes cosas, y no pequeñas: inmediatez, fiabilidad, accesibilidad, coherencia… La integración de la inteligencia artificial (primero basada en reglas, luego estadística, ahora neuronal e híbrida) en nuestra industria no se ha producido de un día para otro, y ha dado pasos de gigante desde la TAO (traducción asistida por ordenador) “de antes”.

Y aunque, como bien explica la Wikipedia, la traducción automática sin intervención humana ha generado cierta “desilusión” por un planteamiento ingenuo ante “tareas de alto nivel de implicación cognitiva”, los avances en procesamiento de lenguaje natural en IA hacen que la última frontera, la naturalidad contextualizada, esté cada vez más cerca.

Beneficios de la traducción instantánea con IA

Si tenemos que señalar las principales ventajas de la traducción instantánea, serían sin duda su eficacia funcional, la amplitud de idiomas que cubre y, claro está, la inmediatez de la traducción.

Gran velocidad aportando una traducción en tiempo real

La confusión del gran público a la que nos referíamos antes es completamente lógica. La velocidad de procesamiento de la tecnología de traducción automatizada nos está llevando a una especie de “traducción simultánea”, algo inédito en el panorama tradicional de la traducción (en el que la traducción, en soporte escrito, no podía ser simultánea).

En ese sentido, es cierto que podemos llevar un traductor simultáneo o traductor simultáneo de voz en el bolsillo; mal llamado tal vez desde la perspectiva más tradicional, pero que a efectos prácticos (y limitaciones aparte) nos ofrece esa tremenda posibilidad de hablar o escribir y, al instante, leer o escuchar la traducción.

Amplia cobertura de idiomas para una traducción instantánea

Otra de las barreras que ha roto la IA, al menos como servicio mínimo viable, es el del acceso a un enorme abanico de lenguas. Hasta hace relativamente poco tiempo la traducción automática de una docena de idiomas mayoritarios (inglés, francés, español, etc.) era relativamente común; hoy, servicios como el Traductor de Google abarcan casi 150 idiomas.

Pero el impacto de la IA es todavía más notable, y con resultados bastante eficientes, también en una forma “mixta” de interpretación instantánea de voz a texto o de voz a voz mediante diversos softwares de reconocimiento de voz, traducción automática, transcripción, subtitulado y síntesis de voz; softwares hoy al alcance de cualquiera, si bien con resultados limitados en el ámbito profesional.

Mejora de la eficiencia operativa en entornos multilingües

A cualquiera se le vienen a la cabeza inmediatamente numerosos casos de uso de esta tecnología, y siempre en entornos multilingües (cada vez más frecuentes): la traducción de unas instrucciones, el subtitulado de una película o una charla básica con un socio o empleado del otro extremo del mundo.

Bien es cierto que en la mayoría de los casos se trata de usos acotados, cotidianos o informales. En este sentido, o bien las herramientas imponen sus límites (capacidades técnicas), o bien la dificultad o la importancia de la traducción exigen una supervisión humana. Pero si para lo que la queremos es “para entendernos”, es realmente estupenda.

Inconvenientes de la traducción instantánea con IA

Como venimos diciendo, la traducción instantánea con IA tiene innegables ventajas, pero también presenta algunas desventajas, principalmente en lo que a fiabilidad y precisión se refiere.

Limitaciones en la precisión de las traducciones en directo

Cuando entramos en el terreno de términos legales y contractuales, contenidos académicos llenos de matices o instrucciones técnicas complejas, queremos tener muy claro lo que estamos leyendo o escuchando; y también, que se nos entienda perfectamente. En estos casos el rigor nos importa, y mucho.

También ocurre con la literatura, el periodismo o el marketing (o incluso la cooperación internacional). Cuando importa cada detalle y queremos ser minuciosos, hay que tenerlo en cuenta: la traducción/interpretación automática, incluso apoyada en inteligencia artificial, comete errores que el profesional no (el humano comete otros, eso sí, más de bulto; por eso un equipo humano-máquina es lo ideal).

Dificultades para captar matices culturales y contextuales

Esto es un problema que afecta directamente a la IA en general (ahí tenemos el reciente y polémico asunto de los titulares redactados por la IA de Microsoft), y que en el caso de la traducción tiene una complicación añadida: es casi imposible saber si estamos ante una mala traducción si no conocemos los dos idiomas implicados.

Hay un consenso bastante generalizado entre los profesionales en cuanto a las dificultades de las inteligencias artificiales ante los contextos ambiguos, las sensibilidades culturales e incluso casos “sencillos” (para un ser humano) de polisemia y homonimia, aparte de los sesgos problemáticos provocados por los datos de entrenamiento y referencia.

Dependencia de la tecnología en las traducciones en tiempo real

Hay un tercer factor que en algunos sectores y escenarios hay que tener muy en cuenta: la dependencia de los sistemas informáticos. Imaginemos una reunión internacional, multilingüe, en la que nuestro flamante traductor de idiomas por voz, por lo que sea, deja de funcionar; la peor pesadilla de cualquier organizador…

Son muchas las circunstancias, determinadas por los medios materiales pero también por la naturaleza de la situación, en las que no es aceptable que el éxito o el fracaso de nuestra comunicación estén supeditados a un dispositivo tecnológico (en realidad varios, y bastante complejos en casos de interpretación simultánea multilingüe).

La numantina figura del intérprete simultáneo

Si en el año 50 a. C. toda la Galia estaba ocupada por los romanos menos una irreductible aldea, en 2024 toda la industria de la traducción está empapada de traducción instantánea… menos la especialidad de la interpretación (la “traducción hablada”, para entendernos). ¿Resistirá ahora y siempre a la inteligencia artificial?

Probablemente sea cuestión de tiempo que nuestros héroes el intérprete consecutivo y el intérprete simultáneo se vean superados por la interpretación consecutiva y la interpretación simultánea basadas en IA. Pero por el momento ahí están, al pie del cañón, en esos casos en los que su pericia (¡y su humanidad!) siguen siendo insustituibles.

¿Dónde se requiere el uso de la interpretación simultánea humana?

El ejemplo por antonomasia es el de la conferencia multilingüe o internacional (y donde el intérprete simultáneo se encuentra como pez en el agua). Hoy en día los recursos tecnológicos habilitan una traducción simultánea en remoto, pero el elemento humano sigue siendo indispensable para garantizar la calidad de la traducción.

En todos aquellos casos en los que la privacidad sea una prioridad absoluta y las informaciones sean sensibles, qué duda cabe de que es preferible no transmitir o almacenar datos en dispositivos electrónicos o en la nube. Nos viene inmediatamente a la cabeza el susurrador de los encuentros políticos bilaterales.

Imaginemos un encuentro de negocios entre los representantes de dos compañías, una británica y otra española, de servicios financieros B2B altamente especializados, para tratar una posible fusión. Ningún CEO en su sano juicio prescindiría de un servicio profesional y especializado de interpretación simultánea inglés-español encarnado en una persona. ¿Tú lo harías?

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Nuria Gili